En la España Imperial del siglo XVII, Diego Alatriste valeroso soldado al servicio de su majestad, combate en las frías tierra de Flandes. A su regreso a Madrid, Alatriste se encuentra con un imperio moribundo. La corte de Felipe IV, dominada por las intrigas y la corrupción, es manejada a su antojo por el Conde Duque de Olivares, con el apoyo de la Santa Inquisición.