Françoise, una hermana de Emanuelle y más joven que ésta, vive con Carlo, un hombre de no muy buena reputación, del que está totalmente enamorada. Carlo es un vividor y anda metido en asuntos turbios y siempre debe dinero a fiadores por su afición al juego. Françoise sufre constantes humillaciones y es tratada como un trapo, además Carlo la obliga a prostituirse y a posar en revistas eróticas para conseguir dinero.